Es difícil creer que una novela breve pueda llevarte a tantos lugares. Al mar, sobre todo, pero también a la búsqueda del sentido de las cosas, a entender la compañía de la soledad y a levantarte cada mañana para vencer tus propios miedos y limitaciones. Cuando empecé a hacerme lector, un puñado de apellidos los sabía clásicos y respetados. Hemingway era uno. Bastó leer este libro o algunos de sus cuentos para entender por qué.
