Novela de frontera que juega con la más absoluta incomodidad. La Línea no es solo el espacio geográfico donde trascurren los hechos: es una metáfora existencial de sus personajes, seres sitiados por un resentimiento ancestral, un dolor arraigado en el tronco familiar, supervivientes de sus propias miserias, la de sus acciones y omisiones. Dura historia donde los límites son difusos y la incorrección juega con la crueldad y se disfraza de amor.
