Por Daniel Mecca / @danielmecca
En el ensayo “El escritor como lector”, Ricardo Piglia analiza -a partir de los diarios de Witold Gombrowicz- que el valor de un texto no está dado por un elemento inmanente, sino que hay una serie de tramas sociales que determinan su lugar. Tal como señalaba Borges sobre los géneros literarios -y también sobre los libros clásicos y esa misteriosa lealtad del lector- la obra se constituye por el modo en que es leída y no por su esencia.
Este es un camino que ejecuta Marcel Duchamp cuando en 1917 pone en crisis la pregunta de qué es el arte y desvía la pregunta hacia cuándo hay arte.
El lector -el espectador- se vuelve así protagonista en un siglo XX febril y vanguardista. Toda lectura -como el Pierre Menard borgeano- prepara un nuevo texto. Pasadas las 5.000 visitas en unas semanas, decidimos renovar la página del Diccionario de libros para estar a la altura de esta orientación. Bienvenidos y bienvenidas a esta renovada página. Reivindiquemos al lector como lector.
¡Haz clic en una estrella para puntuar!
Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0
Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.
Responses