Tengo el corazón maltrecho
por tu irónica partida,
cada noche que no vuelves,
cuando escapas de mi vista.
Se estruja el corazón mío
cuando te veo de lejos,
ansiando otro camino,
solitaria, sin apego.
Pareces indiferente
al dolor que hay en mi pecho,
caminando sigilosa
por los tapiales y techos.
Trepando sobre los árboles
o por rincones estrechos,
libre y salvaje me muestras
tu capricho satisfecho.
Te suelto y pido al Divino,
le confío tu regreso.
Que por la noche en mi cama,
busques mimosa mi beso.
¡Haz clic en una estrella para puntuar!
Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0
Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.
Responses